Por A. Toro
He oído que Dios es un Dios de sietes (7). Me
lo han dicho muchas veces y, hasta Sus creyentes de otras lenguas lo repiten,
sin quizá cerciorarse que, tal cosa, no
es una arbitrariedad que se deba al antojo de los escritores bíblicos ni a
la impresión subjetiva de una sola persona, a lo largo de toda la tradición de
la fe judeocristiana.
La semana pasada estuve escribiendo y pensando
cosas que, sin mascullarlas mucho, Dios me dio confirmación viendo un video
realizado por la gente que trabaja con el Dr. Richard Kent y el pastor French,
en el Reino Unido (no sé si ellos todavía vivan para ver lo que está por
acontecer).
Antecedentes
Los judíos tienen el mandamiento de guardar
el día de reposo cada 7 días [Exo 16:29; 31:14]. Richard Kent me recordó
los colores “principales” del arcoíris o las 7 notas musicales (aunque en parte
de Asia se use la escala pentatónica).
Teniendo eso y otras cosas en cuenta, me propuse ver si ciertamente “Dios es un Dios de sietes” y, en Su ley
—la Torá- uno puede verificar la cantidad de cosas que tienen que ver con tales
cosas:
·
Cuando el Arca de Jehová estuvo
secuestrada en la tierra de los filisteos [los palestinos] aquellos pasaron siete meses sufriendo muertes
súbitas, tumores y males (1Samuel 6:1).
·
Cuando los filisteos regresaron el
arca cerca de Bet-semes, Dios hizo morir a cincuenta
mil setenta (50.070) hombres de ese pueblo porque
echaron ojo y mano sobre Sus objetos santos, no siendo Levitas (Núm 18:3,6) “…el extraño que se acerque, morirá” (Núm 18:7).
·
“Todas las
personas de la casa de Jacob que entraron en Egipto fueron setenta [70]” (Gén 46:27)
·
El cautiverio en Babilonia fueron 70
años (Jer 25:11)
·
Cuando Dios ungió con Su Espíritu a un grupo selecto de los
hombres que andaban con Moisés, ello comenzó con 70 ancianos: “Entonces
Jehová descendió en la nube y habló. Luego tomó del Espíritu que estaba en él,
y lo puso en los setenta
hombres ancianos. Y en cuanto se posó sobre ellos el Espíritu, profetizaron;
pero no volvieron a hacerlo.” (Núm 11:25)
·
Cuando Lamec vivió, llegó a 777
años (Gén 5:31)
·
Cuando Jacob (Israel) pidió a Raquel por esposa, se ofreció trabajar –como
esclavo- por 7 años (Gén 29:18)
·
Pero Labán –consciente del engaño-
como excusa le dijo: “Cumple la semana de esta [7 días], y se te dará también la otra por el
servicio que me prestes otros siete
años.” (Gén 29:27) ¿No trabajó Israel 14 años
(7+7) para quedarse con Raquel?
·
El sueño profético que interpretó José (hijo de Israel/Jacob) también dice nos dice algo de tal fascinación
numérica: “Las siete
vacas hermosas siete años son, y las
espigas hermosas son siete
años: el sueño es uno y el mismo.” (Gén 41:26)
·
Cuando vino la LEY (la Torá) la
SERVIDUMBRE se fijó a un tiempo donde prescribe, con un vencimiento de plazos:
“Cada siete [7] años
harás remisión... Se perdonará a su deudor todo…” (Deut 15:1)
·
Leví (pariente de Aarón) vivió
ciento treinta y siete años, igual
que Amram. (Éxo 6:16, 20)
·
Y Moisés les dio esta orden: “Cada
siete [7] años, al llegar el año de
la remisión, en la fiesta de los Tabernáculos…”
(Deut 31:10)
[Hay muchos sietes más, pero quiero
considerar (y especular) con la posibilidad -y la significancia- de lo que
representan esos 70 años del retorno de la diáspora judía]
El año de
remisión
Ciertamente, el 2018, será un año festivo para Israel, para todo
Israelita, y para todo cristiano que crea al Dios JHWH.
Puede que usted no sienta interés ni
curiosidad por lo que acá escribo pero –quiera Dios- que Su palabra no quede
vacía y que siempre cumpla el efecto para la cual Él la manda... ¿Es que jamás
temeremos debidamente al Dios de Israel? [Y les confieso que he tardado demasiados años para ello]
Israel cancelará muchas deudas durante la
fiesta de las remisiones, liberará de deudas a los paupérrimos pobres y
a los que se hayan endeudado por más de 7 años pero, cuando se lea la Torá allá
[en lo que parece ser una parte de lo que fue el templo antiguo de Jerusalén]
los envidiosos Filisteos -y sus
aliados por el mundo- tratarán de irrumpir en tales fiestas religiosas…
“Cada
siete años, al llegar el año de la remisión, en la fiesta de los Tabernáculos, cuando vaya todo Israel a
presentarse delante de Jehová, tu Dios, en el lugar que él escoja, leerás
esta Ley ante todo Israel, a oídos de todos ellos.” (Deut 31:10-11).
¿Será ese el día en que el fuego de Jehová sea lanzado sobre
esos pueblos de tropiezos?
“Haré notorio mi santo nombre en
medio de mi pueblo Israel y nunca más dejaré profanar mi santo nombre; y sabrán
las naciones que yo soy Jehová, el Santo en Israel. He aquí que viene, y se cumplirá, dice Jehová, el Señor: Ese
es el día
del cual he hablado. Los habitantes de las ciudades de
Israel saldrán y encenderán fuego para quemar armas, escudos, paveses, arcos y
saetas, dardos de mano y lanzas. Harán fuego con ellos durante siete años. No traerán leña del campo
ni la cortarán de los bosques, sino que quemarán
las armas en el fuego. Despojarán a sus despojadores y robarán a los que
les robaron, dice Jehová el Señor.” (Eze 39:7-10)
Festividades
La república de Israel no se quedará muda
desde mayo a junio del 2018. Los Suyos, Su gente y los que hemos adoptado esta
fe, no seremos indiferentes ni sordomudos: Se
cumplen 70 años desde la reunificación de ese pueblo.
Hice un comentario de esto y, con
indiferencia, esa persona me dijo: “Yo
vivo el día a día” y, aunque ciertamente “…cada día trae su
propio afán“(Mat 6:34) Jesucristo mismo anticipó que Jerusalén sería destruida (Mar_13:2) y
ello pasó en el año 70, por las hordas de los soldados romanos del gobierno
imperial de Tito. ¿Reconocemos las señales de estos tiempos?
“Pero cuando viereis a Jerusalén
rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado.” (Luc 21:20)
¡Eso lo
dijo antes de que los apóstoles murieran! Unos 40 años
luego de Su partida física… ¿Está más lejos Su segundo regreso?
Mi parecer, tal vez, coincide con lo que otros
opinan y, si no estoy del todo equivocado (algo
que me suele suceder) lo que en Israel acontezca para el 2018 puede indicar
–o no- que el Estado israelita como
tal, ha sido sólo obra de los hombres sionistas, o la mano de Dios operando entre nosotros.
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